Si hace aproximadamente 2.000 años se produjo realmente un acontecimiento astronómico que guió a los Reyes Magos hacia Belén, o por el contrario, fue un fenómeno divino, tendremos que hacer un recorrido por los documentos de la época para averiguarlo. Pero también tendremos que contrastar dichos testimonios con nuestros conocimientos astronómicos actuales.
Sobre la estrella de Belén existen explicaciones para todos los gustos: Un acto divino, un ángel de luz o un fenómeno astronómico real. Incluso para algunos no cabe duda de que la influencia de los OVNI se hizo más manifiesta que nunca.
No podemos descartar la posibilidad de que dicho fenómeno, haya sido tan solo una metáfora basada en textos y tradiciones religiosas antiguas. En este caso, simplemente sería una alegoría que jamás sucedió.
Recurriendo a los textos de la época, hemos encontrado alusiones a diversos fenómenos astronómicos, algunos de ellos confirmados por las simulaciones informáticas actuales y otros no se han podido confirmar. Uno de los que más llaman la atención es la supuesta explosión de una Nova aproximadamente en el año V a de C. Esta explosión fue registrada por astrólogos chinos de la época. Sin embargo, habría que considerar que la explosión hubiese tenido lugar en el lugar exacto para guiar a los Magos de Oriente, y por otro lado, en la actualidad no se han encontrado restos de dicha explosión con las observaciones actuales.
Por supuesto, descartamos los bólidos, o meteoritos, ya que su velocidad es tal que su aparición y desaparición no es lo suficientemente prolongada para poder servir de guía hacia ningun lugar. ¿Pudo tratarse de una rara aparición hacia el sur de la aurora boreal? Es posible, pero tampoco tenemos documentos que así lo confirmen.
Los cometas reúnen todas las condiciones para explicar la naturaleza de la Estrella de Belén. De hecho, el Cometa Halley pasó en el año 11 AC. Y otro cometa muy brillante fue registrado en el año cinco AC y se observo durante setenta días. Pero en astrología, los cometas no son considerados señales de buen augurio, más bien al contrario, eran portadores de malas noticias.
Lo que necesitaríamos para resolver esta cuestión son hechos históricos que sirvan de referencia. Así que, empecemos por la fecha exacta del nacimiento de Jesús. Para nosotros, la fecha de la Navidad es el 25 de Diciembre, y esta fecha se ha demostrado errónea debido a los últimos estudios.
Suponiendo cierta la visita de los Reyes Magos, debieron ser en realidad sacerdotes de Babilonia (actual Irak), ya que a estos se les podría llamar magos, al ser sabios, astrólogos y diplomáticos. Estudiaban el firmamento desde grandes observatorios llamados zigurats. A ellos les debemos el zodíaco y la astrología occidental. Los supuestos Reyes Magos sabían que los judíos esperaban el nacimiento de un Mesías ya que los judíos habían estado exiliados en Babilonia durante un tiempo.
Es también la única posibilidad realista de que hubieran sido recibidos primeramente por el receloso Herodes antes de llegar a Belén. Recordemos que este último ordenó asesinar a todos los recién nacidos para evitar rivalidades, por ello, la familia de Jesús se refugió en Egipto durante 2 años.
Según el historiador Flavio Josefo la muerte de Herodes, fue precedida por un eclipse lunar, y la muerte del vasallo de Roma, permitió el regreso de Jesús y su familia a Belén. El eclipse se produjo en el año cuatro AC, así que el año seis AC es una fecha posible para el nacimiento de Jesús.
Pero volviendo al misterio de la estrella de Belén…¿qué fenómenos celestes se produjeron en ese lapso de tiempo?
Venus: Es el planeta más brillante. Después del Sol y la Luna, Venus es el objeto más brillante del firmamento. Se lo puede ver inclusive de día, pero los astrólogos y observadores del firmamento estaban muy acostumbrados a verlo y no lo asociarían a la llegada del Mesías. Conjunciones planetarias: En una conjunción planetaria, dos o más planetas se unen en forma aparente en el cielo lo que multiplica sus brillos. No ocurren a menudo, sino muy de vez en cuando y presagian buenas noticias. Hubo una conjuncion importante en el año siete AC. Júpiter y Saturno se unieron tres veces en un período de varios meses. El veintisiete de Mayo se produjo el primer alineamiento, justo en la constelación de Piscis que para los astrólogos representa a los judíos. Esta fue la señal que anunciaba la llegada del Mesías y la que motivaría que se embarcaran hacia Belén.
El segundo alineamiento se produjo el seis de Octubre, para esa fecha, los Magos debieron estar ya en pleno viaje hacia el lugar del nacimiento. Esto además, debió confirmar el suceso.
El quince de Diciembre se produjo la tercera alineación, ya para esa fecha, los Magos estarían por llegar a Belén.
De esta manera, Jesús habría nacido entre los años seis y siete AC. Así que, si tuvieramos que dar una explicación a la Estrella de Belén, desde el punto de vista astronómico, esta sería la conjunción de los planetas Júpiter y Saturno en el año siete AC. Pero ¿quién sabe lo que pudo ocurrir realmente? Mucho me temo que eso, será por mucho tiempo uno de los misterios de la fe.
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Si hace aproximadamente 2.000 años se produjo realmente un acontecimiento astronómico que guió a los Reyes Magos hacia Belén, o por el contrario, fue un fenómeno divino, tendremos que hacer un recorrido por los documentos de la época para averiguarlo. Pero también tendremos que contrastar dichos testimonios con nuestros conocimientos astronómicos actuales.
Sobre la estrella de Belén existen explicaciones para todos los gustos: Un acto divino, un ángel de luz o un fenómeno astronómico real. Incluso para algunos no cabe duda de que la influencia de los OVNI se hizo más manifiesta que nunca.
No podemos descartar la posibilidad de que dicho fenómeno, haya sido tan solo una metáfora basada en textos y tradiciones religiosas antiguas. En este caso, simplemente sería una alegoría que jamás sucedió.
Recurriendo a los textos de la época, hemos encontrado alusiones a diversos fenómenos astronómicos, algunos de ellos confirmados por las simulaciones informáticas actuales y otros no se han podido confirmar. Uno de los que más llaman la atención es la supuesta explosión de una Nova aproximadamente en el año V a de C. Esta explosión fue registrada por astrólogos chinos de la época. Sin embargo, habría que considerar que la explosión hubiese tenido lugar en el lugar exacto para guiar a los Magos de Oriente, y por otro lado, en la actualidad no se han encontrado restos de dicha explosión con las observaciones actuales.
Por supuesto, descartamos los bólidos, o meteoritos, ya que su velocidad es tal que su aparición y desaparición no es lo suficientemente prolongada para poder servir de guía hacia ningun lugar. ¿Pudo tratarse de una rara aparición hacia el sur de la aurora boreal? Es posible, pero tampoco tenemos documentos que así lo confirmen.
Los cometas reúnen todas las condiciones para explicar la naturaleza de la Estrella de Belén. De hecho, el Cometa Halley pasó en el año 11 AC. Y otro cometa muy brillante fue registrado en el año cinco AC y se observo durante setenta días. Pero en astrología, los cometas no son considerados señales de buen augurio, más bien al contrario, eran portadores de malas noticias.
Lo que necesitaríamos para resolver esta cuestión son hechos históricos que sirvan de referencia. Así que, empecemos por la fecha exacta del nacimiento de Jesús.
Para nosotros, la fecha de la Navidad es el 25 de Diciembre, y esta fecha se ha demostrado errónea debido a los últimos estudios.
Suponiendo cierta la visita de los Reyes Magos, debieron ser en realidad sacerdotes de Babilonia (actual Irak), ya que a estos se les podría llamar magos, al ser sabios, astrólogos y diplomáticos. Estudiaban el firmamento desde grandes observatorios llamados zigurats. A ellos les debemos el zodíaco y la astrología occidental.
Los supuestos Reyes Magos sabían que los judíos esperaban el nacimiento de un Mesías ya que los judíos habían estado exiliados en Babilonia durante un tiempo.
Es también la única posibilidad realista de que hubieran sido recibidos primeramente por el receloso Herodes antes de llegar a Belén. Recordemos que este último ordenó asesinar a todos los recién nacidos para evitar rivalidades, por ello, la familia de Jesús se refugió en Egipto durante 2 años.
Según el historiador Flavio Josefo la muerte de Herodes, fue precedida por un eclipse lunar, y la muerte del vasallo de Roma, permitió el regreso de Jesús y su familia a Belén. El eclipse se produjo en el año cuatro AC, así que el año seis AC es una fecha posible para el nacimiento de Jesús.
Pero volviendo al misterio de la estrella de Belén…¿qué fenómenos celestes se produjeron en ese lapso de tiempo?
Venus: Es el planeta más brillante. Después del Sol y la Luna, Venus es el objeto más brillante del firmamento. Se lo puede ver inclusive de día, pero los astrólogos y observadores del firmamento estaban muy acostumbrados a verlo y no lo asociarían a la llegada del Mesías.
Conjunciones planetarias: En una conjunción planetaria, dos o más planetas se unen en forma aparente en el cielo lo que multiplica sus brillos. No ocurren a menudo, sino muy de vez en cuando y presagian buenas noticias.
Hubo una conjuncion importante en el año siete AC. Júpiter y Saturno se unieron tres veces en un período de varios meses.
El veintisiete de Mayo se produjo el primer alineamiento, justo en la constelación de Piscis que para los astrólogos representa a los judíos. Esta fue la señal que anunciaba la llegada del Mesías y la que motivaría que se embarcaran hacia Belén.
El segundo alineamiento se produjo el seis de Octubre, para esa fecha, los Magos debieron estar ya en pleno viaje hacia el lugar del nacimiento. Esto además, debió confirmar el suceso.
El quince de Diciembre se produjo la tercera alineación, ya para esa fecha, los Magos estarían por llegar a Belén.
De esta manera, Jesús habría nacido entre los años seis y siete AC. Así que, si tuvieramos que dar una explicación a la Estrella de Belén, desde el punto de vista astronómico, esta sería la conjunción de los planetas Júpiter y Saturno en el año siete AC. Pero ¿quién sabe lo que pudo ocurrir realmente? Mucho me temo que eso, será por mucho tiempo uno de los misterios de la fe.
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